Copa del Rey Juvenil | GRACIAS, chicos

Copa del Rey Juvenil | GRACIAS, chicos

 

El Real Zaragoza juvenil ha caído en la mañana de hoy derrotado en la final de la Copa del Rey ante el F.C. Barcelona (5-0). Duro castigo para los pupilos de Javier Garcés que habían completado una competición inmejorable, que no puede verse empeñada por el abultado resultado encajado. Tras eliminar a Celta, Villarreal, Málaga y Las Palmas, el equipo culé ha sido demasiado rival y no ha dado ninguna opción al cuadro zaragocista.

Casi veinte años, desde 2006, llevaba el Real Zaragoza sin llegar a la  final de la Copa del Rey en categoría juvenil; curiosamente en ese año llegó tanto en categoría absoluta como en juvenil. Esta vez en el formato de Final Four, instaurado tras la pandemia de COVID 19 en el año 2022.

Hay que irse al 15 de diciembre pasado para entender el camino que ha llevado a los de Garcés hasta la final en Villanueva de la Serena. Aquella mañana se disputaba en la Ciudad Deportiva la última jornada de la primera vuelta ante el C.D. San Francisco, donde los blanquillos optaban al quinto puesto del Grupo 3 de División de Honor y con ello acceder a la Copa del Rey, para ello los locales debían obtener la victoria. El partido arrancaba con gol visitante y a la media hora la expulsión, por roja directa, del  siempre goleador Dennis Rufo (2006), cuyo innegable esfuerzo no le aleja del gol; pocos  escenarios más complicados que ese se podían imaginar. Sin embargo, una genialidad de Sergio Beltrán “Ratón” (2007), jugador brillante y que esta temporada ha alcanzado un nivel óptimo en su fútbol, y un latigazo desde la frontal de Jaime Tobajas (2006), mediocampista de aspecto desgarbado que oculta uno de los talentos del plantel, daban la  vuelta al marcador antes del descanso. Tras la  reanudación, mediada ya la segunda mitad, nuevamente “Ratón” desde campo propio sorprendía al portero visitante y daba la tranquilidad para asegurar el pase a la primera eliminatoria de Copa.

 

La raza en el juego

El trayecto en el torneo del KO arrancaba con un larguísimo viaje en autobús hasta Vigo, allí esperaba el Real Club Celta, líder del Grupo 1 de División de Honor. En la segunda mitad, se adelantan los locales de penalti y pocos minutos después Dennis Rufo enviaba al palo otra pena máxima para los zaragocistas. Tendría que ser el delantero Jorge Franco (2007), goleador de variados registros y que apunta a ser una de las perlas de los próximos años, quien, al poco de entrar al terreno de juego y ya en los últimos diez minutos de encuentro, aprovechara un balón en el área para igualar la eliminatoria y dar esperanza a los de Garcés. Poco antes de llegar al minuto 90, el propio Franco enganchaba un disparo desde el borde del área para dar la vuelta al electrónico y conseguir la clasificación.

El camino parecía aclararse para  los blanquillos ya que el sorteo previo había dictaminado que, en caso de seguir pasando rondas, las dos siguientes se disputarían ya en la Ciudad Deportiva, como así fue. En octavos de final esperaba el Villarreal, equipo que reúne a un puñado de los mejores futbolistas de su generación procedentes de todos los puntos del territorio nacional, y el encuentro se convirtió en uno de los más vibrantes y emocionantes que se recuerdan en las instalaciones de la Carretera de Valencia. El partido fue una montaña rusa, en el minuto 7 el capitán David García (2006), líder defensivo del equipo por su agresividad y anticipación, cabeceaba a la red un córner para poner en ventaja a los locales. Sin embargo, a los visitantes les bastaron 10 minutos, los que van entre el 14 y el 24, para encontraba con facilidad la meta de Sergio Berrar (2006) para perforarla hasta en 3 ocasiones consecutivas. De nuevo, los de Garcés debían remar con el marcador en contra y rehacerse a los golpes del destino. Sería “Ratón”, asistente ya del primer tanto local, quien forzaría una mano rival dentro del área y se encargaría, a la media hora de juego, de apretar el electrónico hasta el 2-3. La segunda mitad fue un monólogo blanquillo en busca del empate. Se hizo de rogar, a pesar de las múltiples ocasiones, y tendría que ser una ve más “Ratón”, imparable toda la mañana, quien sería derribado dentro el área en el minuto 96 de encuentro para que el colegiado, muy discutido durante gran parte del encuentro por los castellonenses, señalara el punto de penalti. Desde los once metros, “Ratón” volvía a mostrarse infalible y daba paso a los 30 minutos de tiempo extra. Mediada la primera mitad de la prórroga, el habilidoso extremo Daniel Cantero (2006), una rara avis en el fútbol actual, un regateador innato más propio del fútbol de calle que del académico, se deshacía de varios rivales para servir un balón al borde del área chica y encontrar a Jorge Franco quien, anticipándose a todos, anotaba el cuarto tanto local y desatando la locura en las gradas de una Ciudad Deportiva repleta, aprovechando que el encuentro se disputaba en la festividad ocal de San Valero. El resultado ya no variaría  daba paso a escenas de gran emoción por parte de la plantilla zaragocista, quienes quizás estaban viviendo el más memorable de sus triunfos hasta ese momento. Dos victorias de raza, remontando resultados adversos, que les dejaban a un paso de la fase final.

 

Por mí y por todos mis compañeros

El Málaga iba a ser el rival en cuartos de final, nuevamente en la Ciudad Deportiva, pero la jornada iba a quedar marcada por la decisión de la Dirección Deportiva y de los responsables de la cantera de comunicar a 4 futbolistas de la plantilla de Garcés de que no volverían a ser alineados hasta que firmarán su renovación con el Real Zaragoza. Se trataba de los ya citados Rufo y “Ratón”, máximos goleadores del equipo, y de los gemelos Lambea (2007), el lateral zurdo Jorge y el mediocentro, curiosamente diestro al contrario que su hermano, Pablo. La media, no exenta de polémica, viene dada por la mala relación existente entre la entidad zaragocista y la agencia de representación de estos jugadores, Bahía; cuyo último episodio se vivió el verano pasado con la salida de dos jugadores en edad infantil (Samu Borniquel y Gorka Buil) con destino al F.C. Barcelona. Este hecho, lejos de afectar negativamente a  la plantilla, sirvió de acicate para los blanquillos que salieron con decisión e ímpetu, dispuestos a decantar  la balanza a  su favor con rapidez. Cantero, un extremo de esos que ya casi no se encuentran, bajito, regateador, con el fútbol de barrio y calle en las venas, se erigió como protagonista indiscutible de los  primeros 45 minutos y fue un dolor de cabeza permanente para la defensa malaguista, incapaz de frenarlo de manera alguna. Suyo, como no, iba a ser el primer tanto de la tarde. Una falta al borde del área iba servirle al extremo para sacar toda la picardía que lleva dentro y así de un zurdazo raso, aprovechando la ausencia de protección de esa parte de la barrera visitante, poner en ventaja a los suyos. Antes del descanso, y tras una jugada colectiva con centro del lateral derecho Dani Olmos (2006), siempre incisivo en ataque, que se ensució al final, Manu Sesé (2006), extremo que se desenvuelve bien en ambos perfiles y tiene buena sintonía con el gol, resolvía con decisión al fondo de la red para dar una ventaja importante y casi decisiva. En la segunda mitad, tanto el propio Sesé, con un disparo a la madera, como Jorge Franco pudieron dejar sentenciada la eliminatoria; sin embargo la segunda amarilla al mediocentro Diego Hernández (2006) a un cuarto de hora para el final iba a complicar el resultado. El lateral Olmos sacaba un balón bajo palos y ya en los minutos finales y de penalti el Málaga anotaba el 2-1 definitivo, sin conseguir inquietar en exceso la meta zaragocista.

 

Nobleza y Valor

De esta manera los de Garcés se clasificaban para la Final Four que se ha disputado en la localidad pacense de Villanueva de la Serena. La primera semifinal enfrentaba a los blanquillos contra la U. D. Las Palmas, líder del grupo 6 de División de Honor. Para esta fase final el equipo iba a contar con los importantes refuerzos de los dos jugadores juveniles que durante la campaña han sido fijos con el Deportivo Aragón: el central zurdo Hugo Barrachina (2006), defensor de gran proyección y que puede estar llamando a las puertas del primer equipo en breve, y el mediapunta Hugo Pinilla (2006), líder futbolístico de esta generación, con buen manejo de balón, hábil y con gol, también ha sido habitual con los de Emilio Larraz el lateral Jaime Sánchez-Rubio (2006), futbolista que este curso ha tenido una evolución sobresaliente alternando ambos perfiles y compaginando su presencia en el equipo juvenil y en el filial. El encuentro arrancó de manera esperanzadora para los blanquillos, con varios acercamientos peligrosos, pero los canarios tomaron poco a poco el mando hasta forzar un penalti, por mano de David García. El lanzamiento desde los once metros fue despejado con fuerza por Berrar, suponiendo un fuerte impulso para la moral de los chicos de Garcés. En el segundo tiempo hubo varias ocasiones por ambos bandos, siendo la más clara, cuando el partido parecía bocado a la prórroga, un disparo cruzado de Cantero desde la frontal pero el meta canario realizó una extraordinaria estirada para evitar el tanto. Ya en el tiempo extra, con las fuerzas muy mermadas en ambos equipos, Pinilla recogió un balón dentro del área y fue derribado. El penalti caía en esta ocasión del lado zaragocista y Pinilla, con seguridad, batió la meta amarilla con un disparo a la izquierda del arquero. De ahí al final el ejercicio de resistencia blanquillo fue máximo, buscando algún contragolpe que sentenciara el encuentro, pero el marcador ya no se movió y el pitido final hizo explotar de júbilo a los zaragocistas: habían alcanzado la final de Copa.

La final prácticamente no tuvo historia. La superioridad barcelonista, que ya había derrotado los blanquillos en las 3 anteriores finales en las que se habían enfrentado, se hizo manifiesta con dos goles casi seguidos al cuarto de hora del encuentro siendo, a pesar de todo, Berrar el mejor de los blanquillos. La ventaja aumentaría hasta los tres tantos antes del descanso dando casi por decidida la final. Tras la reanudación se fueron incorporando al juego el polivalente Alex Gomes (2008), el extremo taustano Samu Herrero (2007), el lateral diestro Alejandro Laseca (2007) y el versátil mediocampista Iñigo Cortés (2006) pero nada pudieron hacer para evitar que los futbolistas dirigidos pr Juliano Belletti aumentaran en dos ocasiones más su ventaja hasta poner el 5 a 0 definitivo en el marcador. Duro final para un grupo de futbolistas que han sido capaces de derrotar en la competición a los dos únicos equipos que siguen invictos en competición liguera de los 114 que componen la División de Honor Juvenil, el Real Club Celta y la U.D. Las Palmas.

 

Bandera y Orgullo de nuestro Aragón

Todo esto se ha conseguido con un equipo formado casi en su totalidad por jugadores zaragozanos, sólo el central extremeño Marcos Valhondo (2006), el más sobrio de los que dispone Garcés esa campaña, y el extremo ilerdense Manu Sesé proceden de fuera de nuestra Comunidad Autónoma, y siendo esta generación, la que comprende los nacidos entre 2006 y 2008, una de las más expoliadas en los últimos tiempos al salir más de una decena de futbolistas con camino a otras canteras, desde el ahora madridista Jorge Cestero (2006) al barcelonista Juan Hernández (2007), autor de dos tantos en la final, pasando por el rojiblanco Jano Monserrate (2006). Por lo tanto, un mérito soberbio por parte de futbolistas, técnicos y responsables de la Ciudad Deportiva.

Especial mención merece el cuerpo técnico de este equipo. Con Javier Garcés al frente, toda una vida dedicada a la categorías de formación del Real Zaragoza, coronada con este importante éxito. Entrenador de discurso pausado y sereno, lleva décadas formando a algunas de las generaciones más brillantes de la Ciudad Deportiva, su figura forma parte ya de la Historia de la cantera zaragocista, difícilmente encontraremos un futbolista, técnico o profesional, propio o rival, que pueda decir una mala palabra sobre él, más bien lo contrario tanto en el aspecto deportivo como en lo personal; no es asunto menor para alguien que ha estado en los banquillos desde los años 90. A su lado, como segundo entrenador, el ex futbolista Adrián Ripa y, a cargo de la preparación física, Gregorio Entrena. No es menor el papel del preparador físico en los éxitos de este grupo, más si tenemos en cuenta que la presencia física del mismo es bastante menor que la de algunos de sus principales rivales, tanto en esta competición de Copa como en la liguera. El excelente trabajo de Entrena no sólo ha conseguido que el equipo derrote en el marcador a equipos de mayor presencia sino que les ha vencido también en el aspecto físico y de resistencia y esto sin haber sufrido apenas lesiones, de hecho la más grave fue la rotura del ligamento cruzado anterior del lateral izquierdo Adrián Sancho (2006) en octubre. Un cuerpo técnico modesto y reducido que ha conseguido un éxito enorme haciendo frente a carencias, ausencias y contratiempos.

En estos tiempos oscuros y convulsos que vive el zaragocismo sólo queda agradecer a todos lo que, de una u otra manera, han formado parte de este maravilloso grupo, cuyo esfuerzo y unidad nos han hecho vivir tan buenos momentos durante la Copa del Rey, una competición que será recordada en el futuro por todo lo sucedido durante la misma, un auténtico manual de resiliencia que les ha hecho rozar un título que todavía no figura en las vitrinas del Real Zaragoza. Podemos afirmar que cualquiera que haya podido seguir las sucesivas rondas disputadas durante los  últimos tres meses sólo puede sentir orgullo por quienes han defendido con bravura y honor el escudo del león.

 

Por Dani Marcén

 

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