DHJ | Curso de luces y sombras
El Real Zaragoza de División de Honor Juvenil finalizó hace unos días su temporada acabando en 5ª lugar de la clasificación del Grupo 3, una posición que seguramente pudo ser más alta de haber mostrado algo más de ambición y experiencia en las últimas jornadas de la competición, tramo en el que tan sólo sumaron 4 de los últimos 12 puntos, con un par de derrotas dolorosas a domicilio. Los de Garcés, que durante algunas fases del curso mostraron una versión capaz de pelear con los mejores conjuntos del grupo, no tuvieron la regularidad necesaria para pelear por objetivos mayores.
La campaña deja sensaciones encontradas; por un lado, viendo ya de inicio la composición de la plantilla, formada por futbolistas en su segundo curso en edad juvenil, nacidos en 2006, y con pocos de último año, se intuía que esa falta de experiencia en la categoría iba a suponer un hándicap pero por otra parte el salto ya no al Deportivo Aragón sino incluso al primer equipo de Lucas Terrer (2005) y Adrián Liso (2005) ha supuesto el lado más dulce del curso.
Tras un arranque sorprendentemente bueno, con 3 victorias y un empate, la dolorosa derrota en la Ciudad Deportiva ante la Damm no supuso un golpe tan duro como sería de esperar para un grupo tan joven, ya que la reacción fue sobresaliente con otras dos nuevas victorias, una de ellas ante el F.C. Barcelona con un gol de Liso en los últimos minutos que dejaba los puntos a orillas del Ebro. Sin embargo, desde ahí, la segunda parte de esa primera vuelta iba a ser bastante irregular: dos derrotas seguidas ante los dos dominadores del grupo y finalistas de Copa, Mallorca y Espanyol, la sufrida ante los blanquiazules fue segunda y última en casa de la temporada, unidas a cuatro empates consecutivos dejaban sin posibilidades de acceder a la Copa del Rey al finalizar la primera mitad del curso.
En la segunda vuelta cabe destacar la victoria a domicilio ante el F.C. Barcelona, con doblete de Liso, aunque si una palabra define esta parte de la campaña es la irregularidad, sobre todo, como ya hemos adelantado, en esa parte final donde de haber mostrado más ambición se podría haber alcanzado incluso la tercera posición del grupo, de la que separaron finalmente tan sólo 5 puntos. Sin duda, en esta mitad final del curso hay dos hechos muy importantes que no se pueden obviar: el paso adelante de Liso, primero convirtiéndose en jugador indispensable para el Deportivo Aragón y después, con la llegada de Víctor Fernández y David Navarro, en habitual titular en el primer equipo, marcando además un tanto fundamental en la victoria en el Alcoraz, y la salida en el mes de enero de Jano Monserrate con dirección al Atlético de Madrid, decisión difícil de entender cuando se trataba del jugador más valorado de su generación en la Ciudad Deportiva y por su evidente relación familiar con el club blanquillo.
Entre los jugadores que finalizan su etapa juvenil, además de los ya citados Terrer y Liso, han destacado el central lorquino Mario Aznar y el polivalente lateral Adrián Motilva, que han debutado ya con el Deportivo Aragón, y el mediocentro Miguel Vives. Mientras que entre los que continuarán la campaña próxima cabe destacar por encima del resto al central zurdo Hugo Barrachina, internacional sub18 y en dinámica del filial a lo largo de toda la temporada; al mediapunta Hugo Pinilla, autor de 8 goles; al extremo ilerdense Manu Sesé, quien anotó 4 dianas; y al delantero Dennis Rufo, máximo goleador del equipo con 12 tantos. Sobre ellos deberá construir Javier Garcés un nuevo proyecto para la temporada 2024-2025.
En el próximo curso, con una plantilla más experimentada, el reto debe ser volver a ocupar posiciones que permitan entrar en la Copa del Rey, al acabar la primera vuelta, y pelear con los mejores equipos del grupo durante toda la temporada. Sin embargo, no debe olvidarse nunca que el verdadero objetivo del equipo de Javier Garcés no debe ser otro que la formación y la progresión de los futbolistas que puedan nutrir tanto al Deportivo Aragón, en un primer paso lógico, como al primer equipo zaragocista.
Por Dani Marcén
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